Una experiencia diferente.
Atendido por su dueño. Solo atiende a poca gente. De hecho, éramos sólo dos en todo el restaurante. Hay que llamar para reservar.
Llegamos y no sabíamos que íbamos a comer.
Nos recibió con Entrada sashimi de salmón rosado y camarones. Los camarones tenían la cualidad de estar muy salados por dentro mas no por fuera.
El siguiente plato fueron gyosas, deliciosas y algo picantes.
A continuación, Suki yaki, sabroso, que lo prepara él mientras te sigue hablando.
Como muchos comentaron, es una experiencia diferente. El restaurante vacío y con la cortina del local baja, con poca luz e Ito san atendiendo exclusivamente para uno.
Es una experiencia que los que amamos la cocina japonesa no podemos perdernos. De la mano de Ito san, quien cocina y conversa con su particular forma de pensar. Ir con la mente abierta!
Conocí este lugar hace unos años.
Ito se queja por todo y de todos, te da de comer lo que quiere y siempre te encaja una quilmes. Cuando fui se lo notaba con problemas en la garganta (no se si es una enfermedad o un tic) el lugar es muy íntimo y una lástima que no esté abierto como tiene que ser. La comida y el sushi muy rico pero muy caro ( el dice que esa comida en Japón sale 500 dólares o algo asi) en fin es una experiencia bizarra y fuera de lo común. Sin embargo esta bueno experimentarlo y volvería para comer esos hongos shitake
An error has occurred! Please try again in a few minutes