Lo pasamos espectacular. Es un lugar muy agradable, la recepción y los mozos nos atendieron de primera. Comimos muy rico. La carta es bien completa. Todo lo que buscamos de un restaurante para disfrutar de una noche especial lo cumplió con solvencia.
Es un lugar que no falla, un clásico en zona norte. La atención es excelente, los mozos amables. Tiene una panera muy rica y con panificaciones especiales: mini medialunitas , grisines y pequeños pancitos ( alguno de queso) con algo para untar.
El tataki de atún muy rico, la ensalada César correcta y el risotto con frutos de mar buenísimo.
El ojo de bife bárbaro. Los postres bien, a veces el volcán no sale perfecto ( no cae cual lava chocolatosa) pero de sabor si es bueno . Siempre para volver.
El lugar es hermoso, ambiente encantador.
La atención de los mozos es excepcional y muy amables.
La comida exquisita. Comimos mollejas doradas (excelentes) y asado espacial con papas fritas.
Los baños relucientes y con detalles unicos.
Relación calidad-precio, acorde a lo que ofrecen.
Volvería?…, siiii, ni lo dudo!!!
Y volvimos!!
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