Se convirtió en uno de mis lugares favoritos.
Experimenté una cena verdaderamente exquisita. La atmósfera íntima y acogedora creó el escenario perfecto para disfrutar de los platos muy bien presentados.
Hago una mención especial para la atención del hombre francés que hizo que la experiencia sea más completa que nunca. Ese señor es el corazón del local, 10/10.
De los mejores sitios en lo que he estado en Buenos Aires. Reúne todo lo que hace a una buena experiencia, desde el trato de Lou, su dueño el cual atiende de forma Cortez y simpática. La comida nunca falla: se trata de menús diarios los cuales no se basa en una carta sino en alimentos frescos y de estación. Recomiendo fervientemente tomar el vino de la casa. Valores por debajo de la zona y hasta barato si se compara con lo dicho anterior. Para volver y volver.
Sin lugar a dudas, mi restaurant favorito de Buenos Aires. Una esquina en donde te sumergis en el universo de Constant, su dueño, un francés amante de la comida, la fotografía y el cine. Los platos se presentan en una pizarra y van cambiando según la estación, su frutas y verduras son orgánicas y la carne de pastura. Los vinos también son agroecologicos. La sopa de cebolla, el tartar, la pesca y su torta de chocolate son mis favoritos. Su clientela es fiel y esto genera que siempre que vayas te encuentres con algún amigo, alquien con quien charlar de cine. Tal es así que algunos domingos del mes, ofrece un Ciclo de Cine, en donde se ven cortos y películas de su colección personal de dvd’s. Sus fotografías exhibidas en todo el restaurant se encuentran a la venta. À Nos Amours es mucho más que un restaurant.
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