Fuimos a comer un brunch. La atención desde que pasamos la puerta fue muy buena. Los precios acorde al lugar. Todo lo que comimos y bebimos estuvo 10 puntos. No le puse 5 estrellas ya que para almorzar no hay mucha opción, si buscan almorzar no se los aconsejo.
Hay muchísima variedad de te y especias para llevar.
El lugar es como si fuera un almacén o farmacia antigua, muy lindo y agradable. Lo recomiendo si buscan ir a un lugar distinto.
Un siglo de historia sobre calle Corrientes. Especias, tés y cafés brindando un sinfín de aromas, y un mobiliario que remonta a otras épocas. Tomé un cortado que estaba muy bien y acompañado de un tostado y unas masitas de cortesía. Los precios son algo elevados, tanto en productos para llevar como para consumir en el lugar, y la atención fue correcta aunque puede verse desbordada por la cantidad de gente que concurre de manera incesante. Pero sin dudas es una experiencia que bien vale la pena.
Excelente lugar histórico de Buenos Aires para desayunar o merendar. Es bastante amplio, tiene dos pisos, arriba tiene una vista agradable a la Av corrientes. Cuando entras te invade una mezcla de aromas exquisitos. Hay muchas opciones en la carta y una gran variedad de tés y cafés, aunque la chica que nos atendió no sabía mucho del tema, y estaría bueno que los mozos tengan conocimiento de las diversas opciones que ofrecen.
Guadalupe Farfan Taibo
+5
Un café de especialidad muy lindo, se encuentra en pleno centro de Buenos Aires, la ambientación es destacable, conservan la antigüedad del lugar, declarado como Bar notable y de interés cultural.
Este lugar mantiene intacto su espíritu de almacén elegante, en el cual podes adquirir, especias, semillas aromáticas, condimentos, cafés y productos envasados, en cuanto a querer hacer regalos, también tienen opciones muy interesantes.
La atención en el lugar es excelente, muy amables los mozos.
En esta oportunidad, probé un café irlandés, realmente muy rico, equilibrado, para acompañar, unas papas estrelladas acompañadas de dos aderezos, uno era picante, rico, suave y no era invasivo.
El precio es acorde para la calidad de los productos que manejan, realmente lo recomiendo y volvería a ir.
Un bar Notable de Buenos Aires, entrar es como retroceder en el tiempo, el aroma a las especies que te inunda cuando ingresas le da una sensación muy particular. El café una delicia. No pueden dejar de visitarlo si están en la zona del Obelisco.
Cómo lugar histórico digno de conocer. Excelente variedad de tes especiales. La pastelería promedio: Rica pero no enamora. Precios altos que se justifican solo por la historia del lugar. Atención con pocas sonrisas.
Hermoso lugar. Tradicional. Entras con luz de día y es como un viaje al pasado, en penumbras pero iluminado.
Hermosa decoración, variedad de tés servidos en tetera antigua.
Hay que pasar por ahí, en Corrientes, si andas en Buenos Aires.
Hermosa casa editora de té con gran variedad y de calidad, en una atmósfera histórica y original. Además cuentan con desayuno, café y algunos postres más. Uno puede pedir también para llevar el té sin preparar desde 25 gr, igual que las especias. Sorprendente que cierra muy tarde, nos encantó.
Marcelo Eduardo Rodriguez
+5
Teníamos un voucher para un brunch. Exquisito todo y abundante. El ambiente muy bueno con el mobiliario de madera original. De jóven yo pasaba por la puerta y sentía los aromas de las especias y veía en la vidriera y caminando por el local a un gato negro con una cinta roja. Mi abuelo que murio cuando yo tenía 6 meses, me cuentan que compraba te y especias en El Gato Negro. Hoy en día si bien venden te y algo de especias, lo transformado en un café. Linda experiencia disfrutar del brunch y pensar que mi abuelo iba regularmente a ese lugar maravilloso.
Café emblemático y hermoso en una de las mejores ubicaciones de la ciudad de Buenos Aires. Entrar en él es el equivalente a viajar un rato hacia el pasado.
Vale completamente la pena los precios ya que la cafetería es de gran calidad. Recomiendo fuertemente los tés frutales.
Única observación: para disfrutarlo completamente recomiendo ir un día de semana, ya que los fines de semana hay muchísima gente y si tenes la suerte de conseguir mesa es un poco difícil charlar.
Precioso e imperdible!
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