Un lugar súper cálido y hermoso con muy buena onda del mozo que nos atendió, la comida riquísima. Después de una hermosa excursión paramos a comer y realmente fue muy buena opción.
Un lugar hermoso!!! Muy bien atendido. Los platos abundantes, ricos y excelente presentación. Por ese motivo fuimos más de una vez.
Los ravioles de cordero son espectaculares!!!
Recomiendo también para los amantes del agridulce el pastel de cerdo y batata.
Le doy 5 en todo porque el lugar es muy lindo, ambientado con mucha nostalgia, nos atendieron super amables, creo que fuimos atendidos por el dueño. De entrada pan casero con comita, almorzamos un guiso de lentejas exquisito. No cuentan con postres. Recomiendo los alfajores chaleños que que están cerca.
Exquisito! Pedimos unas papas con cheddar como entrada que directamente no llegaron a la foto. Las papas rústicas. La comida 11 puntos, pedimos Mila napo y ojo de bife. Todo venía con papas y batatas, también algunos vegetales asados. Pedimos 2 copas de vino de bodega toneles malbec, riquísimo. La atención del dueño es lo más, sin duda una excelente opción.
Volveré. El lugar es cálido, la atención de Kali y el dueño es un 10. Pero vamos es lo que interesa, el pastel de cerdo y el brownie son increíbles, estupendos, sabores, texturas, presentación. Porciones grandes que acompañan el precio (podes compartir). Gran sorpresa entre tanta oferta !
Realmente no sé los precios porque estaba incluido en la salida, excepto el postre que me pareció en precio a lo que están las cosas por acá. Llegamos un día de lluvia muertos de frío y nos dieron lugar para dejar secar los abrigos. Todos super amables. Comimos guiso de lentejas y estaba muy bueno. También comimos spaghetti con salsa rosa. El lugar es muy lindo. Había un solo camarero para muchas mesas, pero no estuvo mal.
Hemos llegado de casualidad porque llovia y estaba cerca del hostel. Ha sido una buena elección. Hemos pedido dos cervezas andinas que estaban de lujo y de cenar una milanesa de lomo y unos spaguetti don guerra muy buenos. Nos sacaron también un buen surtido de panes. El trato ha sido bueno. Un buen lugar para una cena.
Marcelo Oscar Flammini
+5
Fuimos a este retobar con una excursión a El Chalten que nos llevó a almorzar allí. Una hermosa construcción en madera y con una ambientación retro de muy buen gusto. Atendido por su dueño que resulta un tipo sumamente amable y simpático. Las comidas abundantes, bien presentadas y sabrosas. En mi caso un guiso de lentejas muy rico. No puedo opinar de los precios porque el valor se encontraba incluido en el paquete.
Fuimos a almorzar y hemos comido muy rico, la comida abundante, deliciosa y muy buena atención.
El ambiente es acogedor y el lugar esta decorado con muchos objetos viejos, vintage.
Recomiendo la sopa de verduras y pollo con vegetales y arroz, volvería.
Hermosa ambientación, la atención excelente! Aunque había sólo dos personas atendiendo las mesas (hay cartelito de que precisan camarera) le ponían toda la onda, siempre con una sonrisa, y tenían todo súper organizado. La milanesa de lomo muy rica! Las batatas un poquitín duras, pero con buen sabor
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