Un clásico del barrio. Donde los mozos de antes te atienden muy bien y con detalles que no están en todos lados como tapar la silla donde dejas el abrigo con un mantel ❤️
La comida muy rica, lo que pedimos al menos y muy barato para lo recibido.
Solo bajo la puntuación porque se ve medio abandonado el lugar, podría estar muchísimo más lindo y mantener el encanto de antaño a la vez
Interesante bar de culto con ambientación de la época en que fue creado. Con mucha capacidad y ruido acorde (mucho) se caracteriza por sus platos tradicionales copiosos e igualmente sabrosos. He comido los canelones más ricos de mi vida que inundaron de ricor al primer bocado. pero no se queda atrás su ternera ni sus postres. Los precios son un poco salados pero salís contento igual.
Bodegón Histórico que cumple con las expectativas, ideal que él mozo vaya guiando si es la primera vez como en mi caso, pedimos una picada de fiambres que está correcta, pero lo mejor fue la media picada de mar, muy buena, íbamos a pedir para los chicos dos milanesas, el mozo nos oriento para que pidiéramos una para compartir y tenía razón era una zapatilla que no entraba en el pato de lo grande que era! Se come bien!
Es un restaurante a la antigua, muy bien cuidado, con historia! Pedimos unas truchas estaban buenas pero con un poco de espinas. Baños impecables al igual que la vista en general
El lugar es muy lindo, esta bien ambientado y los mozos son muy amables. Los platos abundantes y ricos. Lo único a mejorar es que tardan mucho para que te traigan el pedido y cuando llegó estaba medio frío.
Un restaurante histórico, famoso por su Puchero el cual es súper exquisito, todo recomendable.
Excelente 👌
Excelente , la picada de mariscos súper abundante y muy rica. Bastante rapido todo y precios creo q acordes a la calidad de los productos.
No se como no fui antes. Excelente, en todos los aspectos. El guiso de mondongo superlativo.
Precios muy accesible y comida recién hecha. Volveremos muchas veces.
Cena para 4, $10.000 un regalo.
Platos muy abundantes (el mozo, conocedor del oficio de esos que cada vez quedan menos) nos orientó muybien al respecto) y muy bien preparados. Ambiente muy bien mantenido, carta variada a precios razonables.
Como detalle, había un bandoneonista y una pareja bailando tango, que nos acompañaron durante unos minutos.
De este sitio no puedo decir nada que no se sepa.
De los restaurantes más antiguos de la ciudad, siguen manteniendo la esencia, y sus platos típicos. Es una Maravilla!!
Desde que entras la atención es muy buena, ni bien te acomodas te invitan con un jerez, el menú es muy amplio, con tantas cosas ricas no sabes q pedir. Comimos de entrada rabas, y calamaretis muy buenos!! Principal un lenguado grillé c/papa natural, súper sencillo y rico. Y mis amigas compartieron la milanesa napolitana, (hay muchos platos para compartir).
Postre la copa El Globo, y probamos la natilla madrileña!! Cerramos la noche con un cafecito.
"Panza llena corazón contento" nada nos cayó pesado.
Gastamos $3000 x persona (3). Podes gastar más depende lo q se consuma.
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