Hermoso espacio. Muy bien ambientado y atendido. Porciones abundantes y sabrosas. Precios acordes al servicio. Hay que ir temprano y con paciencia porque siempre hay cola para entrar. La capacidad es limitada por lo que el consumo en el lugar es muy confortable y la espera es amena ya que es fluida la circulación de personas. No más de 30-45 min para ingresar. Fuimos un domingo a las 9:20 e ingresamos alrededor de las 10 de la noche.
Las pizzas y la faina son definitivamente imperdibles, una parada obligada si visitas Buenos Aires. Hay que ir con paciencia y es no aptos para clientes exigentes: la atención no es lo mejor del local, pero no es lo más importante. Con tener un poco de paciencia y a disfrutar de las mejores pizzas de Argentina.
Vine un domingo en la noche, alrededor de una hora antes del horario de cierre y todavía había fila como de 15 personas pero afortunadamente alcanzamos a pasar.
De las mejores pizzas que he probado en mi vida. El queso muy rico, abundante y perfectamente derretido. Atención impecable. Ampliamente recomendadas. Vale la pena la espera.
Francisco Tomás Franco
+5
Una de las notables pizzerías de Buenos Aires. Tuvimos que hacer cola de media hora para entrar, así que ir con paciencia (como a cualquiera de las otras grandes de este estilo). Probé calabresa, fugazzeta y muzzarella. La fugazzeta me gustó mucho. Hay muchos sabores disponibles. Para postres, el rango también es muy amplio. Compartimos una tarantela y un tiramisu, que no decepcionaron
Ideal para probar una exquisita pizza porteña.
Al ir entresemana y a mediodía no tuvimos que hacer cola.
El local está lleno fotografías, banderines y camisetas de fútbol muchas de ellas dedicadas por los más grandes (Messi, Maradona….) para los amantes del deporte rey.
Repetiría sin dudarlo.
Es un buen lugar para parar a comer una pizza. Estaba rica, vino súper bien de temperatura. El lugar tiene toda la onda y la atención del mozo fue muy pero muy buena.
Es recomendable caer al medio día ya que hay menos que a la noche.
Sin lugar a dudas una de las mejores pizzerias de Buenos Aires. Ambiente casero y acogedor con una decoración particular. Pizzas y empanadillas de calidad y a un precio ajustado. Visita obligada si vas a Buenos Aires.
![5]( "Recensione")
El Cuartito nació en el año 1934 en una pequeña habitación como despacho de vinos y cervezas y donde los clientes eran atendidos a través de una ventana. Allí se pedía pizza al paso y te la servían con un pedazo de papel. Por su gran calidad, rápidamente, de boca en boca hizo que aquel cuartito de pizzas sea visitado por los porteños de aquella época y se convirtió en una pizzería famosa es buenos aires, sus pizzas son ricas con abundante queso y la atención excelente después que entras al lugar antes, hay que esperar mucho, así que si no tienes tiempo para esperar este no es el lugar indicado, pero vale la pena esperar.
El Cuartito was born in 1934 in a small room used as a wine and beer office and where customers were served through a window. There you ordered pizza on the go and they served it to you with a piece of paper. Due to its great quality, word of mouth quickly caused that little pizza room to be visited by the people of Buenos Aires at that time and it became a famous pizzeria in Buenos Aires, its pizzas are delicious with plenty of cheese and the service is excellent after you enter. to the place before, you have to wait a long time, so if you don't have time to wait this is not the right place, but it is worth the wait.
Bodegón bien pero bien porteño! Un imperdible de la ciudad. Fuimos con dos niños y nos dieron prioridad en la larga cola de espera. Ambiente climatizado, las pizzas y empanadas salieron rápido, la más rica la de jamon y morrón! bebida fría y el flan con dulce de leche tre men do! Es un lugar para repetir SIEMPRE.
Ricas pizzas y buena atención. Los precios son super accesibles. Fuimos un domingo en la noche y tuvimos que hacer alrededor de 40 minutos de fila para obtener un lugar para sentarse (al parecer es normal) La carta es amplia y las pizzas contundentes, nos sobraron un par de trozos y nos las sirvieron para llevar. Sin duda volvería, es un clásico en Buenos Aires!
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