Chila

Comida: en esta oportunidad y como se autodefine "Proyecto Cocina Federal" en "Amarra" encuentras eso precisamente, un amarre de algún restaurante argentino al cual se le da la posibilidad de presentar su gastronomía en la capital, así "El Nuevo Progreso" representa lo que se está haciendo en Jujuy, por lo que se tuvo una cena de 5 tiempos cargada al uso de la papa y granos en varias versiones, yo y mi señora nos llevamos una muy grata impresión del Risotto de Quinoa con Charqui y la Trucha, así como los postres, Humita y Chocolate - Locoto donde ambos destacan por lo que uno habitúa entender de los productos usados, distintas texturas de choclo o maíz y el uso de ají con maracuyá en chocolate, sin dudas una expresión de sabor y atrevimiento. Servicio: nosotros tuvimos una atención muy irregular, pienso que es un punto a mejorar, sobre todo en la disparidad de las mesas, algunas personas muy concentradas en explorar la carta contigo y tratar de transmitir efectivamente la cocina de la autora, en otros casos solo repetir ingredientes, así también la Sommelier nos pareció distraída, más allá de encarnar en una u otra persona la atención, se ven sobrepasados cuando tienes una mesa de muchos comensales, comparada con una de dos personas o en su defecto, aquellos hispanohablantes. Ambiente: el lugar es amplio y acorde al lugar, así la experiencia es cómoda y grata en el lugar, poca luz y una vista hermosa de uno de los brazos del río en el sector de Puerto Madero.

Fuimos a comer a Amarra, el nuevo proyecto federal de Chila. En este caso, estaban los chicos de Ánima cocinando y ofreciendo el servicio. No podría ser mejor. Es impecable en todo, de principio a fin, el servicio, la ambientación, la variedad en la carta y la excelencia en toda su ejecución. Vale cada centavo, es una cena de lujo en un contexto soñado. Fuimos con altas expectativas porque Ánima es uno de los mejores restaurantes que hemos probado, y las mismas fueron superadas.

una experiencia maravillosa para estimular al máximo los 5 sentidos. sabores, texturas, aromas que nunca habías probado. atención de primera y música muy buena. a mejorar: la entrada de remolacha con especias, muy picante y dice poco. la calidad del sonido. deberían tener más graves. el resto impecable y se ve reflejado en mi puntuación. precios costosos. que NO es lo mismo que caro. es un lugar para visitar al menos una vez en la vida.

Posiblemente el mejor restaurante de Buenos Aires. Un salón muy moderno y confortable con la cocina vista por unos grandes ventanales, un servicio excelente que te hace sentir muy cómodo y te permite disfrutar del menú. El menú degustación consta de 8 pasos, todo realizado con producto nacional que te transporta a diferentes puntos de la geografía Argentina. Algunos platos emocionan, como Maíz - Yema - Lurel, uno de mis preferidos, junto con los snacks y el postre de Maracuya - Mango - Anana - Lima.

Si pudiera ponerle 6 estrellas, lo haría. Experiencia inmejorable. La ambientación, la atención y la comida fueron excelentes. La recomendación de ellos fue “pedir muchos platos para probar la mayor cantidad de sabores posibles”. Lo hicimos y menos mal que fue así. De todo, destaco (más) el plato de hongos (con el agregado de 5 gramos de trufa), el wagyu, el pulpo braseado y la atención de Juan. Porque más allá de la comida, te hacen sentir muy cómodo. Nos tocó la mesa bioma y ayudó a complementar una gran cena. Volveremos.