Fui con la familia, para mí cumpleaños, gran variedad de panqueques dulces y salados para todos los gustos.
Al festejado le regalan el panqueque torta de la foto.
Hay sector infantil con juegos.
Baños limpios.
La sucursal de Quilmes ya es un clásico para ir a merendar y degustar panqueques. La variedad de los mismos sigue siendo amplia, muy rica y buen precio. Respecto a la bebida, pedimos un café y un capuchino, ambos estaban muy ricos. La atención podría ser un poco más cordial. El lugar falta que lo modernicen un poco, está igual que hace 20 años, especialmente los baños.
Vine a comer un panqueque a la tarde, soy fanático de la franquicia. Pedí el dedicado al zorzal criollo con panceta, cebolla, palta y queso azul, para acompañar pedí un café irlandés. La masa y el abundante contenido del panqueque nunca defraudan, tienen muchas opciones y siempre es un desafío elegir solo una. El café muy bueno, bien balanceado con el whisky y la crema.
La ambientación es cálida aunque la música de radio tan genérica (hablo del reggaeton del momento) le quita la posibilidad de construir un ambiente más original.
La atención es buena aunque a veces demoran un poco en atenderte.
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