Comida: tiene panes, baguette, galletas, dulces, croissant rellenos y una carta de comida simple para consumir en el local, el resto de cosas se puede llevar, sus facturas son de buena calidad y se siente en los ingredientes la nobleza de su preparación.
Servicio: es un poco lento, se entiende por la dimensión del local, lo que sí la espera vale la pena.
Ambiente: es una casona bien mantenida con aire hogareño desde la cocina como está conectada con el ambiente completo del local, todo muy a la medida.
Si estás por San Telmo, es un lugar que sin dudas merece la pena visitar.
Conocía su pasteleria por redes, pero cuando lo visite me sorprendio aún más.
Con un estilo antiguo y acorde al barrio, logra una ambientación que hace de tomar un café una experiencia distinta. Cuenta con varios artículos de época que decoran el lugar y ayudan a generar esta idea.
Pedimos una galleta de avena, con una porcion de torta de Crème Brûlée. Acompañado por un café cortado doble y un café con leche.
La pasteleria no es fija, sino que va cambiando.
El ambiente se encontraba climatizado.
Gastamos en total, $6.200.
Belen Louzan L. Grandi
+5
La experiencia es todo un viaje, los sabores que ofrecen son el encuentro perfecto entre tradicional y moderno, todos los productos son de gran calidad y se nota que buscan la excelencia sin ser pretenciosos. El ambiente también aporta mucho en este viaje, un pH típico de BsAs remodelado pero sin perder su encanto característico. Nuevamente se observa como confluye la calidez de lo antiguo con la practicidad de lo moderno. Los felicito por haber encontrado el equilibrio. Hace falta que diga que me encantó y que lo recomiendo??? 😄😄
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