Un excelente lugar para comer especialidades italianas en pasos. La entrada es una locura, todo exquisito y casero. Las pastas y el menú con carne son ricos pero tal vez son lo más común del menú. Los postres increíbles, la medida justa para cerrar una muy buena cena. Todo se puede repetir. Vale la pena el gasto al menos una vez para vivir esta experiencia pero es para personas de buen comer que le gusta probar de todo.
La picada sorprende por la abundancia y la calidad, sobre todo la burrata que es un 10. Lamentablemente las pastas y la carne no estaban tan ricas, probablemente también porque estaba frias. Los postres estaban OK, nada que te vaya a sorprender. El ambiente esta buenísimo, muy bien decorado y el acordeon le da un toque especial. Lleven efectivo para pagar más barato
El ambiente y la música en vivo lo mejor, junto con los tallarines con salsa de anchoa, delicioso. El servicio puede mejorar, la chica no sabía lo que tenía el plato y se demoraron en algunos tiempos.
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