¡Un lugar encantador!
La calidad de los platos acompañaba a la perfección la hermosa vista que teníamos de la bahía. Destaco el plato de diversas texturas de papá que realmente fue exquisito. Atención amena y correcta. Realmente una parada obligada.
Una casita hermosa para comer tranquilos. Muy rico todo
El lugar muy lindo pero muy ruidoso. La encargada tiene mala onda pero las meseras divinas, la mejor. Gracias a las meseras les pongo 4 estrellas. Gracias a ellas, nos cambiaron de lugar a una sala muy tranquila porque era imposible poder conversar al lado de una mesa de 8 personas. El pulpo riquísimo. El bife de chorizo el peor que comí en los últimos años, obviamente lo devolví y no me lo cobraron. Luego me bonificaron el postre, muy buen gesto ahí, pero todo gestionado por la mesera, un diez para ella que mereció su abultada propina. El risotto rico. Y el vino ok.
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