Fuimos un jueves por la noche y casi no había mesas ocupadas, la atención fue muy rápida y amable.
De entrada pedimos la provoleta que estaba rica, bastante aceitosa pero una vez que se le sacaba el exceso de aceite estaba muy bien.
Las pastas son porciones muy abundantes y estaban riquísimas, los sorrentinos y los ravioles ambos con buena cantidad de relleno. La salsa de 4 quesos estaba riquísima.
Los horarios son lo único malo, cierran 23pm lo que es bastante temprano, en nuestro caso llegábamos a ir 21:30 y nos fueron apagando las luces mientras terminamos de pagar la cuenta, con una extensión de una hora da más margen para hacer una sobremesa y poder pedir un postre tal vez. De todas formas volvería algún mediodía a probar otros platos.
Desde que entras se nota la calidez del lugar, con una excelente atención y un lugar cómodo y amplio.
La comida es muy abundante, desde la panera con las berenjenas que te sirven cuando te sentas, hasta los platos principales.
Los precios son muy buenos.
La provoleta estaba un poco aceitosa al igual que la salsa escarparo, pero eso no quitó lo rico que estaban ambos platos.
Fui un Jueves a las 22hs y no había mucha gente, por lo que día de semana tal vez no hace falta reservar. A las 23 hs cierra y son bastante puntuales.
El plato que se ve en la foto corresponde a unos sorrentinos de calabaza y queso con salsa escarparo.
Excelente la atención . La comida es de buena calidad súper casera . El lugar es amplio pero se llena así que ir con paciencia por si hay que esperar mesa . Los precios se destacan
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