Eramos 2, fuimos a desayunar, tipo 10:30. Habia una mesita ocupada adentro, y otras dos ocupadas afuera. Hay bastante lugar, el barrio es bien tranquilo.
Pedimos un cortado, un avocado toast, y un menú de almuerzo rápido que incluía un vermu rosso con soda, un café, un agua, y un sánguche de mortadela riquísimo y abundante. El precio de este combo era $4900, lo cual me pareció bastante bien teniendo en cuenta que comes todo eso y quedás pipón pipón.
La tostada con palta estaba muy buena, todos ingredientes frescos, y el huevo poché estaba regio, re bien hecho.
El café estaba muy bien, te lo sirven a una temperatura ideal, no está tibio pero tampoco te quemás.
Tenían varias tortas también para probar, y la carta es bastante variada, me tenté asi que es un lugar al que volvería.
El lugar está lindo ambientado y la atención fue muy buena, la chica que nos atendió una copada.
Recomiendo!
El lugar está lindo, tiene un mural muy lindo adentro, mesitas en diferentes alturas (subsuelo y primer piso). La atención fue buena. El tostón de palta estaba riquísimo ahora los pancakes eran para el olvido. No tienen sabor a nada y encima tampoco le ponen mucho almíbar o sino miel o mermelada algo dentro que no haga que queden cosas secas y sin sabor. No lo recomiendo. Pocas frutas encima también como para poder camuflar la falta de sabor, era como un pedazo de cartón sin gusto. Pedimos licuados porque tenían problemas con el agua así que no pudimos probar el café.
Muy lindo ambiente. El lugar es muy cálido. La cookie de chocolate y sal, estuvo bien pero no fue nada extraordinario. Recomendable para quienes no les gusta lo empalagoso. El café bien. El combo salió $2700.
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