Bar notable con mucha historia. El lugar está ambientado con lindos detalles y la carta de comidas es reducida pero todo lo probado estuvo delicioso. La carta de bebidas cuenta con una buena variedad de tragos. Destacó el revuelto Gramajo y unas croquetas de hongos que eran de otra galaxia!!!
Vinimos a desayunar y nos encantó todo. Muy rico y abundante aunque se demoró un poco el desayuno. Los precios son acordes a la crisis actual. Son muy amables los mozos, bien atentos. Un cortado $950 y un cafe con leche con tostadas de masa madre, mermelada y queso crema $3250
Nos pareció un gran gran lugar para comer o merendar. Si estás por la zona o buscas algo distinto y a que a la vez se sienta tradicional de la ciudad, este es el lugar perfecto.
Bar notable de Buenos Aires, bonito y no tan grande, con un servicio amable (aunque la
comida tarda un poco en llegar, así que ir con paciencia porque vale la pena).
De comer recomendamos especialmente la entrada de espárragos con morcilla, los sándwiches de miga (especialmente el de queso y nuez) y el affogato que está realmente imperdible.
Tienen platos del día así que cada vez que vayas seguro habrá nuevas opciones por conocer.
Las porciones no son tan abundantes como en otros bodegones pero definitivamente la comida tiene su toque y siento que es un lugar ideal para comer un día que busques una experiencia diferente.
Además, tienen hora del vermut (anexo foto del menú).
Recomiendo mucho, si viviera en la ciudad seguro sería cliente frecuente.
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