javier petit de meurville
+5
Un lugar icónico en la ciudad. Estilo clásico. Suele haber mucha gente pero tiene más espacio de lo que parece. La atención es buena. A veces puede resultar algo ruidoso. Es más económico de lo que creía
Excelente sitio. En relación calidad precio, el desayuno esta muy bien y lo hemos disfrutado mucho.
El local es muy guapo y el camarero que nos atendió llamado Ricardo fue muy amable y profesional, es muy agradable que te atiendan tan bien. Espero volver otra vez cuando pise Buenos Aires.
El lugar es hermoso , pequeño palacio de 1884 , el vitro bellísimo, esas escaleras , lo pisos de la época , hasta los baños son bonitos, ir ahí es meterse en un cuento en el ayer . los empleados divinos, te hacen sentir muy cómoda. él pan dulce es muy rico y abundante , los precios igual qué en todo Argentina. Vale la pena ir , es para los románticos , para la gente qué le gusta él ayer y para los amantes de la arquitectura .
Estando alojados a pocas cuadras, pasé por ahí y quedé impactado por la belleza de su arquitectura. Todos los productos y preparaciones son de mucha calidad y a precios accesibles (hablando en términos de pesos colombianos). Un lugar digno de conocer y disfrutar desde un café hasta las copiosas meriendas.
Uno de los históricos bares notables de Buenos Aires, con una antigua arquitectura típica de la época de oro.
Las medialunas estaban muy buenas, parecían recién hechas o al menos con un golpe de horno antes de servirlas, el café con leche estaba bien.
El lugar es enorme y aunque no estaba tan lleno y había varios mozos demoraron varios minutos en atender (volví a ir un par de veces más y esto es común. Para que te vean que querés pedir la cuenta también podes estar varios minutos esperando)
Los precios estaban muy bien, menos que en otras confiterías conocidas.
Vine a desayunar.
Tiene mucha variedad. Precios para todos los gustos.
La calidad del desayuno muy buena.
Atención buena.
Lo mas destacable es la decoración del lugar. Muy agradable y prolija.
Los baños muy lindos y limpios.
Lugar muy recomendable.
![4]( "Recensione")
Puedo decir que la comida es realmente 5 estrellas, muy rico todo, pedimos varios desayunos americanos y estaban excelentes. También pedimos un desayuno brasilero y estaba divino, fruta fresca y escogida con delicadeza. Además, pedimos unas empanadas de carne y son las mejores que hemos probado desde que venimos a Buenos Aires. Si buscas un lugar donde puedas disfrutar de excelente gastronomía, es éste. Recomiendo reservar con antelación las mesas, aunque de igual forma te atienden sin reservación (Pero puede que te hagan esperar). En cuanto a atención, el mozo fue muy amable, pero tardaron aproximadamente 40 minutos en traernos la comida (Aunque cabe destacar que éramos un grupo de 8 personas y el restaurante estaba lleno) pero una vez que llegó la comida gozamos un puyero (Jerga venezolana), puedo decir que es uno de los mejores restaurantes de Buenos Aires. Se los recomiendo si son turistas y buscan conocer lugares emblemáticos de la ciudad. La estructura y el concepto del rest es realmente hermoso. Recomiendo encender los aires acondicionados. Muy lindo!
Ya en sí el lugar es una joya arquitectónica y la estética interior una maravilla. El servicio inmejorable a manos del sr. Hector muy amable y atento. Y qué decir de los productos, exquisitos tanto en el gusto como en la presentación. Si visitáis Buenos Aires no dejéis de hacer una visita.
Las Violetas es un lugar encantador que ofrece una gastronómica excepcional y variada. Su ambiente clásico y acogedor te transporta y te relaja, no te quieres ir del lugar 🙈 Cada plato está cuidadosamente preparado y delicioso. Además, el servicio es atento y amable, lo que hace que cada visita sea una experiencia memorable. Sin duda, un lugar que recomendaría a cualquiera que quiera disfrutar de una comida de calidad en un entorno encantador. Sin duda alguna volvería a ir.
Hermoso todo, la experiencia, la atención, la comida, el café, es todo excelente, realmente es más de lo que promete .. por algo tiene los años que tiene, sin duda es un lugar donde hay que ir. Pedimos la merienda María Calas, para tres sobró un montón y nos lo envolvieron para llevar.
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