Excelente cafetería de especialidad en la zona cheta de San Miguel de Tucumán. Con una excelente atención y un cálido lugar. Te reciben con una amplia carta para brunch y café. Utilizan café de Cabrales Tostador. Excelente para ir a trabajar con un rico café, o disfrutar la hora de la merienda.
Excelente lugar para pasarlo bien tomando algo rico y degustar las especialidades de casa, buena atención todo fresco.
Alucinante la comida, algunos platos son muy gourmet, dev vista no te convence pero a pesar del tamaño quedas satisfecho. Muy buen ambiente.
Muy agradable lugar. El café estaba rico aunque bastante tibio, para días de mucho frío es difícil disfrutar de un café a esta temperatura. Por lo demás todo excelente.
Muy buena la atención por parte del personal, la carta tiene variedad y me aconsejaron perfecto (huevos revueltos cremosos con queso estaban buenísimos )lugar para ir cada vez q pases.
Primera vez que voy y pienso volver! Excelente calidad en los productos y hermoso el ambiente! 10/10
Casi 5 estrellas. Entre que dejaron lo que pedimos para comer, al rato el café y al rato lo cubiertos ya estaba frío todo.
Riquísimo el latte que sirven, amables las chicas que atienden pero queda pendiente que completen los pedidos para disfrutar de una buena merienda en este caso
Me gustó mucho que reciben mascotas y hay menú para la familia de 4 patas😊
Lucía Fernández Madero
+5
El café Latte, muy rico, espumoso temp agradable, lo acompañe con una porción justa, ni muy pequeña ni muy grande, de budín de limón con semillas de amapola, muy sabroso, fresco, se sentía el sabor a casero. El lugar moderno lindo, música un poco fuerte, faltaba un chiquitín de limpieza, muy concurrido, viernes a la tarde. Regresaré!!! ❤
Hoy es, sin miedo a equivocarme, un exponente en lo que es el café de especialidad.
El flat white es su punta de lanza y casi siempre es igual al que tomaste la última vez que lo visitaste. Nunca quemado, algunos dirán que te lo brindan frío, pero es la mala costumbre que uno trae de otros lugares, donde el café tiene que estar hervido. Aquí con la temperatura que tiene que ser se aprecia mejor la bebida.
La carta es variada y para todos los gustos, desde un budín de banana, pasando por un montadito de plata con vinagreta, hasta llegar a un yogurt con frutas y cereales.
El detalle de la soda o agua (te preguntan tu preferencia, y la soda es soda soda, no agua con una burbuja), cuando te sientas es muy bueno.
El ambiente en algunos horarios en el interior del salón es un placer, cuando está a tope, existe un murmullo constante que no te deja ni escuchar a la persona que tenés adelante. Y hasta después de unos minutos de sobremesa te invita a retirarte sin que te des cuenta, te vas aturdido. También disponen de mesas afuera, linda esquina, árbol, macetas, mucho verde.
Tiene cosas a mejorar, por ejemplo, los servilleteros están sucios, tienen tantas servilletas que al sacar una te quedas con todas en la mano, las servilletas están todas sucias en la parte de arriba porque hay reposición sobre reposición, sumado a lo mencionado anteriormente tenés los vestigios de todas las personas que utilizaron tu mesa con anterioridad. La limpieza entre comensal y comensal, deja bastante que desear. Y si te sientas en los sillones de la pared siempre te sientas sobre migas, azúcar o servilletas.
La atención tiene sus momentos, pero en la general destaca para bien del resto de los cafés, siendo que hay gente que desde abrió están al pie del cañón y dan un plus en lo va desde la atención, a llamarte por tu nombre, saludarte como un amigo y brindarte un buen café.
No voy a negar que el mejor café que probé, lo único que me rompió el corazón es lo poco que me sirvieron de palta .. justo iba porque moría por comer una merienda con palta, el resto, riquísimo todo. En total pague $1000 cabe aclarar que el café se paga aparte.
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