Las premisas que tomó como importantes (aunque no siempre se cumplen todas y no importa si no pasa) para elegir el lugar al que voy a comer son: 1- Que no haya un televisor o smart o como lo quieran llamar prendido dando malas noticias o alterando la atención de los comensales. Voy a comer, no a ser una autómata. 2- Que haya mesas con sillas y no barra con banquetas o apenas un mostrador... sobre todo para poder saber que puedo hacer sobremesa y no que esta todo preparado para perder hasta ese mágico momento que era sentarse a disfrutar de la comida acompañado (por eso disfruto tanto de las comidas con amigos). 3- Que el dueño o el chef reconozca a la gente que vuelve, sobre todo porque sabe que en "su" lugar los comensales se sienten como en casa. 4- Que NO sea un lugar solo preparado para las redes sociales, la selfie y el ego de pertenecer a un mundo donde "sí no perteneces sos nadie". 5- Que cualquier persona pueda ir y no deje el sueldo en eso (para poder recomendarlo y que no pase el punto 4). 6- Que me ayude a desconectar por un rato de la bruta realidad. 7-Que la comida sea lo que es: amor. Bueno, hoy no se cumplieron todos los items pero si valió la pena haber ido, sobre todo porque fue como un pequeño rayo de vacaciones con los pies descalzos en la arena. Sharewood esta en Pilar, en lo que parece fue una tosquera salvo que se hayan dedicado a escarbar para generar bruto lago y así practicar wakeboard. Al predio se accede sin pagar entrada, es con reserva para poder comer y obviamente también para tomar clases. Es un lugar ideal para ir con niños y que puedan jugar en la arena un rato. Hay un salón de eventos, playita, un deck con sillones alejados de la parte del restaurante, un lago o como quieran llamarlo, rampa para skate, vestuarios y mesitas con sillas por todos lados. El menú es bastante variado teniendo en cuenta lo acotado que es el rubro gastronómico en Pilar (me refiero a buenos lugares que ofrezcan algo más que pizza, sushi o hamburguesas son contados con los dedos de las manos). Pedimos: Nachos con tres cuencos con queso crema, guacamole (era más bien una palta pisada sin más que eso) y cheddar (de ese que sale de un pomo). Pomelada que de pomelo sabia a poco pero era fresca. El: Pulled pork: cerdo desmenuzado a la barbacoa casera, coleslaw y cheddar en pan estilo pebete, papas fritas crocantes. Yo: Veggie Burger: Hamburguesa de quinoa y garbanzos, mayonesa de palta, kale tostado y queso parmesano, papas fritas crocantes Por lo general las hamburguesas vegetarianas suelen ser secas y con sabor a nada, acá fue lo opuesto, incluso el pan era liviano y no era seco, adivino o creo que con remolacha o algo que le daba el color (más no el sabor). Lo pediría de nuevo. Las papas fritas si bien eran de paquete no eran insulsas y estaban correctas en eso de ser crocante por fuera y esponjosas por dentro. No pedimos postre, pero había para elegir. #Pilar #playa #wakeboard #lugaresconencanto