En el corazón de Cachi, nos encontramos con un lugar muy agradable, hicimos una previa en la barra, botella de vino y empanadas. Tiene diferentes áreas para comer. Muy recomendable!!!
Este es un restaurante que tiene una creciente popularidad en Cachi. Sus dueños conservaron una tradición de más de 100 años, ya que la casona fue construida en el año 1830 totalmente con adobe y barro, con techos de madera de cardón. Su estructura se ha mantenido durante todo este tiempo, convirtiéndose en un punto de referencia en la ciudad. Es un lugar para sentirse como en casa, y es la idea que trataron de respetar sus dueños, quienes reciclaron esta construcción, sin olvidar que siempre fue una casa de familia, y la idea es que de algún modo lo siga siendo, sensación que se percibe rápidamente al entrar.
Sus tres salones están cálidamente decorados con acuarelas, óleos, cartelería antigua y fotos y elementos de las expediciones de su dueño Martín Oliver.
El Oliver Wine Bar también ofrece los mejores vinos, colecciones de las mejores cosechas y miles de turistas lo visitan todo el año sólo para probarlas.
Riquísimo y muy casero el menú. Pedimos sopa de verduras, guiso de lentejas y postre. Todo $4800. Me tuve que desabrochar el botón del pantalón!! La ubicación y atención excelentes. Incluso la música.
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