Clásica pizzería porteña. Todo el lugar es parte de la tradición nostálgica porteña. Pedimos una pizza grande, la cual encargamos mitad de hongos y mitad de palmitos/Roquefort. Ambas fueron exquisitas y muy llenadoras. La atención fue acordé al lugar, con mozos de experiencia. El lugar es muy concurrido y tiene mesas en el primer piso. La carta posee más opciones como tartas, empanadas y sopa. El precio es accesible para la pizza y las bebidas gaseosas y cervezas son muy caras, excesivamente costosas. Cada mesa, cada cuadro, cada silla transmite parte de la cultura local. La pizza fue servida en la misma pizzera donde se cocino, exquisita.
Las pizzas tenían buen sabor y eran hiper llenadoras, a la segunda porción ya estaba satisfecho realmente. Como sugerencia, le mejoraría la calidad del jamón. En cuanto a las empanadas, creo que cumplen, pero los rellenos no son muy destacables. Las masas sí estaban bien hechas y se mantenían calientes.
La atención rápida, pese a que el lugar es super concurrido. Precios acordes.
Siempre es un gran plan banchero. La pizza es riquísima y los camareros de siempre muy atentos y buena onda.
Precios al 28 de diciembre del 2024: una pizza chica de mozzarella, una porción de faina -grande-, dos empanadas de carne, tres aguas, una coca, un helado de dos bochas. Total $20mil.
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