La comida es de primera y la atención de Rulo aún mejor. Comida casera muy rica
Ambiente agradable, muy buena atención y super cordial. Muy recomendable
Excelente ambiente y muy buena comida ( como en casa)
Imperdible restaurante de barrio. Ideal para ir con amigos o en familia. Rica comida casera, buenos precios, y lo mejor: la atención de Rulo, el dueño, que te hace sentir como en casa. A mis hijas chiquitas les encanta ir porque se entretienen escuchando sus historias o dibujando. Muy recomendable, siempre volvemos.
Excelente atención y comida.
Atendido por sus dueños
Muchas gracias, además de buena comida pasamos un momento agradable
Un lugar agradable, quasi barrial y con la amabilidad que eso significa. Dos características ponderables: las medialunas de la mañana vienen buenas y calientes. Y la atención se esmera por que pases un buen momento.
Imponente atención!. Buena comida, buenos precios. Un crack el rulo!
Nahuel Sebastián Chaparro
+5
Excelente lugar para desayunar y almorzar, ir a estudiar o pasar un rato. Ambiente relajado y limpio, el dueño super buena onda al igual que el personal. He ido varias veces y lo seguiré haciendo. Super recomendable!
Excelente lugar para comer rico y en familia .
Atendido por su dueño !
Lo mejor que tiene Rulo es la atención. Un tipo fuera de serie. Vamos con los compañeros de trabajo al mediodía y es lo más parecido a estar comiendo en casa, porque Rulo prepara la comida como si fuéramos familiares.
Un rato antes de ir le escribimos por whatsapp y él nos dice que preparó. Cada uno elige que va a comer y cuando llegamos ya está nuestra mesa lista.
La comida es bien abundante y sabrosa.
Tiene ensaladas bien abundantes, hamburguesas caseras, milanesas, supremas con puré o ensalada que como dice Rulo "nunca pueden faltar".
El postre caserito, una rica ensalada de frutas o un quesito y dulce, que puede ser de batata o membrillo.
El boliche de Rulo se convirtió en un clásico de los mediodía, y siempre que el trabajo (y el presupuesto) lo permiten, vamos a charlar ahí.
No pueden faltar los conversaciones de fútbol, autos, mujeres porque no, y lógicamente alguna charla de trabajo que se cuela en el almuerzo, pero que tratamos de dejarla rápido para que no se entrometa con el excelente ambiente y calidez del restaurante.
La verdad que recomiendo que vayan a comer y charlar ahí, porque es uno de esos lugares de antaño, de esos lugares que ya no quedan.
Sentís rápidamente que todos los comensales son viejos conocidos que están ahí para compartir un rato con vos, y esa atmósfera sólo se puede lograr porque un tipazo como Rulo comanda la nave. Sin ir a más, está semana preparó comida típica de semana Santa como empanadas de atún, guiso de lentejas y otros platos para la gente creyente que respeta sus tradiciones. Esos gestos son fantásticos y dignos de resaltar porque en medio de Belgrano encontrar un lugar así es difícil.
Sin dudas un tipo de valores, sincero y honesto que tiene un lugar muy valioso y que cada día hay menos.
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