Me gustó muchísimo, había mucho barullo, no sé podía hablar, por lo menos a mí me costó.
La atención buena, la pizza riquísima tipo a la parrilla por lo finita, no tenía mucha Muzzarella. La faina me gustó pero no tanto como la de Él fortín y la que hago yo!
Pagamos $8600 una Muzza grande un agua saborizada chica y una cerveza grande
llegar temprano porque se llena
pizzas riquísimas, finas (normal)
la más rica: provolone que viene gratinada y es la gloria. también probamos la napolitana con ajo, muy rica! pero el flan con crema u dulce de leche fue el ápice de la noche!
lugar simples y directo al grano! super recomendable
El ruido ambiente es de un nivel insoportable. Más allá de la atención y amabilidad del personal y de la comida sabrosa, resulta imposible disfrutar de una reunión y lo peor es que para conservar la conversación hay que gritar tanto como la gente que se reúne.
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