Es una experiencia igual a la comer en casa. Lugar pequeño y acogedor con una atención personalizada y de mucha calidad.
Se debe reservar antes. Es muy concurrido.
La calidad de los platos y su relación calidad/precio es excepcional.
Enamorado del pastel de papa de ozobuco, los ravioles de brócoli y la bondiola agridulce.
De entrada recomiendo unos huevos salteados con verduras y hongos.
Primero la atención 100 de 10 muy amable y simpática. La comida rica y a buen precio. Me tomé una limonada y un pastel de papa vegetariano todo muy bien. Recomendado
De los lugares mas cálidos y bellos que conocí. Tiene una ambientación hermosa y particular que te sentis como en el comedor de tu casa. En cuanto a la comida es todo caserito, sabroso, abundante, riquísimo. Pedimos pastel de osobuco que es imperdible, también bondiola agridulce y pollo al curry. De entrada una pastita de arvejas que amé ❤️
Tienen birra tirada y otras opciones en latas.
La atención de Marian la dueña hace la diferencia 🫶 está en todos los detalles!
Parada obligada si estas por villa Pehuenia, una experiencia hermosa asegurada
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