Fuimos un sábado al mediodía, nos anticiparon que platos No tenían del menú!!!. Lo cual limitó nuestra elección. La atención de las chicas impecable, súper atentas. La comida rica. El lugar muy ruidoso, calculo que se debía a un grupo grande de gente que gritaba bastante!.
Excelente atención por parte del personal. Es entendible que finalizando un feriado largo no dispongan de algunas comidas, pero igualmente había algunos productos no disponibles.
Pedimos unas rabas que estaban muy buenas y algunos platos principales, todos muy ricos.
A destacar el buen precio de las comidas en comparación con el resto de locales de comida de la zona.
El lugar fue un auténtico bodegón de pueblo donde se comía muy abundante y rico. Hoy es más un restaurante pituco con comida más elaborada. La comida es excelente, pero no tan abundante. Perdió ese ambiente de pueblo tan típico. Por eso le daría 4 estrellas.
Excelente lugar! 3 ambientes: interior, vereda a la calle bajo techo cubierto, o un segundo piso sobre cocina y baño con vista al salón interior. Moderno. Muy bonitas pinturas de paisajes de entrerrianos en toda un lateral interior. Platos muy ricos y de abundancia en justa medida, de elaboración o rápidos. Precios acordes. A favor: bebidas en botellas grandes y la simpatia de los encargados. En pleno centro de la ciudad.
Sergio Omar Brizuela Fretes
+5
Lugar familiar muy recomendable relación calidad/precio muy bueno y platos abundantes la atención 10 puntos muy atentas las meseras... volvería a ir
Soy "fans" del Paisanito. Muy buena comida, pollo al champignon mi preferido. Muy buena atención de Vero, Agustín y otra niña muy atenta que no recuerdo su nombre
Se come súper rico! Excelente servicio! La mejor limonada de menta y jengibre preparada por Ariel!
Excelente la atención y muy lindo el lugar. La comida espectacular!
Muy rico todo. El ojo de bife que pedí jugoso, podría estar más jugoso, pero estaba riquísimo igual. Las milanesas muy buenas, con bastante carne y bien tiernas. Y las pastas muy ricas también.
Lo que no estuvo bien es que tenían solo una mucha ha de moza por lo que parecía un pulpo sirviendo a todas las mesas del local que son varias y en un momento estaba casi lleno. Eso hizo que uno de los de nuestra mesa no recibiera su pedido dado que la muchacha se olvidó. Con algún mozo más hubiera sido todo redondo, igual cosa a mejorar pero lo demás estuvo bien.
La comida me resultó poco atractiva, de entrada nos pedimos una tabla de quesos y fiambres, el resultado fue más que pobre en todos los sentidos. Aroma, sabor y a la vista. La atención es hermosa , respeto amabilidad y calidez. De la ambientación resalta un extraordinario mural. Los demás objetos de decoración armonizan.
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