Un café relativamente nuevo en Vicente López, cerca de la estación. El local es lindísimo. Un frente y vereda muy tentador y un interior espacioso, poco pretensioso pero de muy buen gusto. Gran salón cuadrado coronado por una barra/mostrador también cuadrado. Muy limpio y ordenado. Amplia carta con tentaciones dulces y saladas. Al parecer todo lo relativo a la repostería es su especialidad. Se autodescriben como café de especialidad, pero curiosamente cuando pedí uno me preguntaron si quería chiquito, jarrito o tazón (todas presentaciones que no existen en el universo del café de especialidad). El que pedí que terminó siendo una especie de americano un poco aguado no me permitió terminar de percibir la calidad del café. Pero estaba correcto. El avocado toast con huevos revueltos, exquisitos. Pedí para llevar un scon de queso (tremendo), y una cookie de frutos secos (regular, un poco excedida de azúcar y manteca en la preparación). La atención súper cálida y amable. Aunque para lo que pedí y por la cantidad de gente que había (40% del salón), me pareció que tardaron mucho. Los costos me parecieron muy razonables. Entiendo que en la esquina hay una casa de comidas con el mismo nombre. Así que debe ser una buena opción para pedir. Recomendable, sin dudas
El cheesecake espectacular muy rico con una muy rica mermelada. El budín muy rico también era de limon y arándanos pero los arándanos solo había en el fondo. También pedí un rol de canela que era el último y Justo la esquina pero dentro de todo estaba bastante bien, pero no era enorme como la chica del brunch dice. El café a mi no me gusto. Tardaron mucho en traer el pedido.
Éramos un grupo grande y olvidaron la orden de 2 personas 🫠 ese fue el único inconveniente, porque el resto del pedido estuvo muy bueno. Los tazones de café son realmente gigantes.
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