Es un resto bar pequeño ubicado en pleno centro en una esquina cómoda para llegar o estacionar durante la noche. Durante el día tiene mucho tránsito y poco lugar para estacionar. El local es pequeño y tiene sólo algunas mesas y sillas altas en la vereda con un lindo decorado y techo pero abierto. En invierno o días de frío difícil sentarse a consumir algo ahí cómodo. La carta bastante variada, muy rico todo y los precios acordes. Cobran con todos los medios de pagos. La atención del personal muy buena. El ambiente muy agradable. Pasan música copada.
Muy ricos sandwiches veggies, ambiente ameno y buena cerveza tirada.
He almorzado un par de veces en el lugar, y dio la casualidad que ambas ocasiones pedimos menú del día. Lo interesante es que hay dos opciones para elegir. Los platos son abundantes y sabrosos.
El precio se encontraba bastante bien. Y en algunos casos prestan servicios de descuentos corporativos.
El ambiente al mediodía es muy relajado y descomprimido.
Por otro lado, cuentan con variados métodos de pago. Por lo que es muy cómodo.
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