Excelente según precio y calidad...tenés opciones económicas y no tanto. Muy lindo para la familia y la app tiene buenos descuentos. Lo que incomoda un poco es que dejan entrar a los vendedores ambulantes.

Burger King, un lugar que muchas veces visité en mi juventud, se convirtió en el escenario de una historia de desamor que me ha atormentado hasta el día de hoy. Fue un encuentro casual que me hizo darme cuenta de que a veces, las oportunidades de amor pasan frente a nosotros y no las aprovechamos. Era una tarde como cualquier otra, y decidí hacer una parada en Burger King para disfrutar de una deliciosa hamburguesa. El ambiente animado y el olor tentador de la comida me hicieron sentir cómodo enseguida. Pero lo que ocurrió a continuación cambió mi vida de una manera que nunca podría haber imaginado. Cuando entré en el restaurante, la vi. Era una chica hermosa, con ojos que parecían tener la profundidad del océano y una sonrisa que iluminaba la habitación. Estaba sola en una mesa, concentrada en su comida. Su presencia era tan cautivadora que sentí como si el tiempo se detuviera por un momento. Mi corazón latía con fuerza, y sentí un impulso irrefrenable de acercarme a ella, de hablarle y de conocerla. Pero mis pies parecían pegados al suelo, y mis palabras se quedaron atrapadas en mi garganta. Me quedé parado en la fila, a solo unos metros de distancia, sin atreverme a dar un paso más. Mientras esperaba mi pedido, pasaron minutos que se sintieron como horas. La chica terminó su comida y se levantó para irse. Fue entonces cuando nuestros ojos se encontraron por un instante, y su sonrisa me llegó como un rayo de sol en un día nublado. Pero antes de que pudiera moverme, ella se alejó, desapareciendo en la multitud y dejándome con un nudo en el estómago y un corazón lleno de arrepentimiento. Esa noche, mientras comía mi hamburguesa en silencio, me di cuenta de que había dejado escapar una oportunidad única en la vida. Nunca sabré qué podría haber sucedido si hubiera tenido el valor de hablarle a esa chica hermosa en Burger King. Desde entonces, cada vez que paso por ese restaurante, siento una punzada de tristeza y arrepentimiento, recordando el encuentro efímero que marcó mi vida para siempre. Es un recordatorio de que a veces, el amor está a solo un paso de distancia, pero a veces, el miedo nos impide dar ese paso.