Comida excelente. Se sienten los sabores de lo que esta compuesto el plato (aclaro, existen lugares que tapan los sabores con salsas sosas y pesadas o demasiado perfumados)
El mozo muy educado y atento.
Hermoso lugar para pasar un momento agradable, La música de fondo completa el ambiente.
En fin, si estás buscando un lugar para ir en pareja o con un grupo tranquilo, sin dudarlo, este es el lugar.
Detalle importante, los platos se realizan en el momento, con lo cual tiene demora de cocción, algo normal. Fundamentalmente es un lugar para ir relajado, pasar un agradable momento con los tuyos y disfrutar de la conversación, la música, los sabores, el buen servicio y el ambiente que eso genera.
De afuera parece la típica casona de mar del plata con piedra a la vista. Muy lindo. Por dentro la ambientación también es ideal y amena. Amplios ventanales, pocas mesas. Es un lugar íntimo para ir en pareja.
Precios excesivos. Tiene mucho esmero del
Dueño y del mozo. La comida es de calidad pero las porciones son chicas en general para los precios que manejan. No tiene casi opciones vegetarianas.
En mi caso arme una ensalada que tenia base de verdes y le podía agregar tres ingredientes. Elegí huevo papá y parmesano. 2000 pesos la ensalada creo que es un despropósito.
La marquise de chocolate la verdad es Que no estaba muy rica. Las frutillas no las trajo, y en su lugar vino con kiwi y mas allá de eso, no se parecía en nada la tradicional marquise de chocolate. 1400 sale ese postre y la porción es muy chica.
Las aguas 450.
En fin, es caro, la atención es buena y el ambiente es lo mejor. La comida es buena, el resto de la mesa comió pescado (uno de los dos quedó muy conforme, la otra no) y el
Wok de verduras y pollo estaba bien pero no era gran cosa.
Quizás volvería a probar otro plato… pero al ser vegetariana no tengo demasiadas opciones salvo comer pastas.
100 por ciento recomendado, pedimos rabas, salmón y langostinos. Increíble todo.
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