La única Heladeria realmente artesanal de la ciudad. Desde 1952 mantienen la misma calidad a base de recetas que pasaron de generación en generación. Si tomaste ese helado de chico cuando te llevaban tus abuelos experimentas el efecto “Ratatuille” en su máxima expresión. Inicialmente viajaban a Venecia, lugar de origen de la heladería, haciendo temporadas alternadas. Actualmente la heladería abre de septiembre a fines de mayo según la temperatura. Gustos clásicos, y totalmente diferenciales como la naranja, la cereza a la crema, la frutilla al agua, el dulce de leche granizado (con chocolate en rama triturado), marrón Glace (con castañas en almíbar), chocolate roma, el mouse de limón y el particular helado de “uva chinche” fabricado durante 15-20 días de febrero cuando se extrae el fruto de la isla Paulino. Un helado poco cargado, que se derrite rápido por la alta calidad (sin grasas hidrogenadas), permiten tomar al menos un cuarto sin que sientas que estar por explotar como te pasa habitualmente en las heladerías comerciales (🤣). Atendida por sus dueños, siempre los mismos empleados, heladeros de alma que te arman un cucurucho bañado como nunca te lo van a servir en otra heladería. Para los clientes siempre el primer helado de la temporada es gratis, al igual que cuando se acerca la fecha de cierre se les avisa acerca de promociones. Por más que lo parezca, declaro que no tengo conflicto de intereses. Aunque me considero en el top 5 del fun club de Roma. Gracias por ponerle tanto amor a la realización de ese helado mágico. Si no sabes de helado todo esto te parece una pelotudez ❤️❤️❤️