La atención de primera, en amabilidad y en información. Enorme variedad de vinos, muy bien recomendados por los dueños, que son los que atienden. Pedimos una picada pequeña y una tortilla que compartimos entre dos. Muy buena la ambientación y la música excelente. Sumamente recomendable!
Fuimos recibidos con gran cordialidad x Hanna y Nicolás. La propuesta: una degustación de vinos para, de acuerdo a nuestro paladar y elección de platos, elijamos uno que acompañe nuestra cena. Son vinos de pequeñas bodegas mendocinas. Elegimos un Malbec que acompañó una rica selección de quesos regionales y fiambres caseros. Nos gustaron mucho todos, pero especialmente la bondiola, la morcilla, el sardo y un queso llamado Ramas del sur muy intenso! Luego un pescado a la sartén con salsita de ajo y vino con papitas y un ceviche también de pez gallo estuvieron deliciosos!! Ampliamente recomendado. En la carta hay muchas cosas ricas para ir conociendo.
Hay que entender la experiencia, pero una vez que te pones a tono, se disfruta mucho.
Nico nos atendió bárbaro, un crack de los vinos.
La carta de comida es escueta (solo 4 platos), pero deliciosa. Todo casero y con atención a los detalles.
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