De lo que pedimos, uno rico, el otro desabrido, y sin sal. Tardaron más de una hora en servirnos la comida y no había tanta gente. Los mozos cero serviciales y atentos. Los precios bastantes caros, esperable en La Cumbrecita.
La atención recibida fue muy buena y la comida muy rica. Comí ravioles de trucha, deliciosos. Barato, lo que se dice barato, no nos pareció pero tampoco es caro. Digamos, aceptable. La vista es hermosa. Muy recomendable.
El lugar es muy lindo por la historia y excelente ubicación con mirador a las sierras. La atención es muy buena, los platos ricos, tamaño y precio “normal”, acorde. Gastamos 23mil en 4 platos con bebidas.
Excelente vista para comer en la terraza. Pedimos ravioles de trucha y cordero con salsa mixta, pero no predominaba el sabor, a nuestro parecer nos hubiera gustado con mas relleno y algunos ravioles más, ya que no es abundante el plato.
Estuvimos esperando un poco menos de una hora pero había mucha gente en la cumbrecita entonces era de esperarse. Nos llamaron y nos sentamos en una mesa de arriba, la vista preciosa y la atención de la moza, Elvira, fue increíble. Comimos riquísimo y barato! $15.000 entre 4 con platos principales y bebida. Muy bueno todo! Recomiendo ir, excelente atención y ambiente
Fui a almorzar con mi amiga a este bello restaurante, pedimos pasta alemana y bebimos daikiri de frutos rojos. Exquisito el plato, y la bebida, excelente la presentación de ambos. La moza que nos atendió es muy amable, y el dueño es excelente siempre está pendiente para saber si te hace falta algo. La vista del lugar es una de más lindas que he visto. Excelente lugar, muy recomendado.
Terraza con una vista increíble y una atención muy recomendable. Baños limpios y ambiente familiar. Volvería!
Este restaurante/ bar fue la casa en donde el Ingeniero Helmut Cabjolsky diseñó los rincones de la Cumbrecita, la Capilla, la distribución de las calles, incluyendo esta vivienda junto al río.
Él mismo se definía como el autor de La Cumbrecita.
Nació en Berlín en 1920, llegó a la Argentina en 1932.
Fue un destacado Ingeniero, que construyó más de 300 puentes en nuestro país.
Vivió en este pueblo hasta su fallecimiento en 2014.
Los objetos que decoran este bellísimo lugar pertenecieron a él y a su familia.
Es un sitio realmente mágico. Su vista es espectacular. La atención es excelente. La comida exquisita. Pedimos truchas con papas rústicas , un manjar. De postre muy rico helado de chocolate. Y luego té de frutos rojos y un café cortado. Precios acordes a lo ofrecido.
Para ir en pareja, con amigos o familia.
Posee un deck con mesas en el exterior.
Ideal para compartir un hermoso y agradable almuerzo, merienda o simplemente tomar un trago al atardecer.
Totalmente recomendable.
Muy buena comida, excelente porción y hermosa vista, recomendados
Espectacular. Muy buena comida alemana. Lugar histórico. No sé lo pierdan.
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