Un rincón de Buenos Aires que aún conserva el espíritu de los viejos cafés.
Abundante y rico café con leche.
Detalles como una pequeña biblioteca que son una delicia para los que amamos estos lugares.
Excelente trato de la moza.
Lo auténtico y magnífico del bar-café argentino, en algunos metros cuadrados. Un lugar histórico atendido de la mejor manera por un camarero histórico, el gran Carlos. La experiencia más genuina de un café porteño, no turístico: Comidas simples y muy sabrosas, esquina de ventanas abiertas, vermut, tostados, medialunas, café con leche; una pequeña bibliteca para leer algún fragmento de libro en lo que dure tu visita.
Un lugar fundado por españoles que es un regreso en el tiempo.
Hermoso lugar para descansar y disfrutar en familia! Me encanta llegar y olvidarme de la ciudad! Los costos son un poco elevados pero vale la pena buscar tu rincón en la playa! Es de lo más lindo de la costa Atlántica!
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