Riquísima la comida...los platos abundantes, la cerveza tirada buenísima, el mozo un amor muy atento con sugerencias...estaba uno de los dueños y muy cordialmente nos pudimos saludar. Se llena. Hay que reservar. El salon es chico pero muy pintoresco. Los baños podrían ser más grandes.
Que lindo lugar! Ese es el resumen, esa es la sensación que te dejan el amable trato de quienes se ocupan de llevar adelante el bar 8 esquinas. La comida es exquisita, en especial la comida alemana de la cual son especialistas. De todas las veces que fui, nos ocupamos de probar casi todas las especialidades pero el Goulash es un poema. Si vas, no podés no pedirlo porque es un manjar muy bien elaborado que casi seguro te va a hacer volver. El lugar es cálido, el personal también, la comida también así que cierra por todos lados. Los precios son acordes a la experiencia de ir a comer algo bien hecho. Vivo hace 42 años en el barrio y lo conocí por mi abuelo, que ya en los principios del bar por los años '40 también lo frecuentaba cuando era una café que juntaba a viejas glorias del Tango.
Bar notable escondido en el barrio de Villa Ortuzar, con un ambiente alemán y su toque porteño haciendo presente el tango en sus paredes
La comida excelente y el servicio insuperable, están las mismas personas de siempre lo cual eso hace hablar bien del lugar
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