Una muy buena experiencia visitar este lugar. Fuimos sin reserva un viernes por la noche a eso de las 10. Obviamente, el lugar estaba lleno y afuera había bastante gente anotada en la lista de espera pero tengo que reconocer que la fila avanzaba bastante rápido. Alrededor de media hora y ya estábamos adentro. El lugar tiene un estilo muy de bodegón pero está muy bien cuidado y muy bien mantenido. El mozo que nos atendió, un capo. Fue amable y nos aconsejó muy bien qué pedir porque los platos son bastante abundantes. Éramos 4 así que pedimos una entrada de rabas que estaban bárbaras. Nada más me pareció que les faltaba un poquito de sal pero no fue problema. Para los 4 rindió bien como entrada porque era una bandeja abundante. Para comer pedí unos ñoquis con salsa bolognesa. La porción era bien abundante y me alcanzó para servir dos platos pero lo mejor es que los ñoquis estaban muy buenos. Mis amigos pidieron una milanesa napolitana y, entre 3, no pudieron terminarla. Para terminar, pedimos una porción de tiramisú y una copa de frutillas con crema. En total, sumando dos gaseosas cada uno gastamos 8 mil pesos por persona, lo cual no me parece caro para la cantidad de comida que pedimos. Los precios están más que bien para el tamaño de las porciones ya que hay platos que tranquilamente los pueden compartir 3 personas. Me encantó el lugar y volvería sin dudas.