Una experiencia que aunque sea una vez en la vida tenes que hacer , desde que llegas hasta que te vas parece que recorres una pelicula . Ni bien llegas te espera Gonzalo en la puerta y te saluda con una humildad increible , presentandose como si no lo conocieras ! Luego al sentarte tenes todos los mozos alrededor sirviendote los platos , explicandote que es , con que vino se marida y hasta como se come . Me encantaron todos los pasos que son como 20 , el que mas me gusto son unas olivas que te ponen en la rama de olivo que al ponerla en la boca te explota de sabor ! INCREIBLEEEE !!! Las navajas con melon y yogur , las ostras , el pulpo todo de primera calidad y exquisito . Tambien hay unas hojas de kale que se mezclan en unas ramas que no sabes que comer y que no . Todo de muy buen gusto ! se merecen las dos estrellas y mas tambien . Obvio si puedo volvere ! me encantoooo!!!!
Excelente experiencia en un restaurante Michelin. Deliciosos los 20 pasos. Lugar acogedor y se esmeran por tener trazabilidad de sus alimentos. Me gustó la frescura y explosiones de sabor en cada uno de sus pasos.
El restaurant es muy lindo, moderno y elegante. Tiene buena disposición de mesas y se ve la cocina, y excelente ambientación.
Impecable la atención de los mozos, sommeliers, y camareras. Te explican cada plato con sus ingredientes y procedencia.
Es toda una experiencia de disfrute, de 20
Pasos. Primero entrantes, como el plato de ostras que es delicioso. Cannolis de calabaza y huevas de trucha, navajas, unas aceitunas que se deshacen en la boca, entre tantas cosas ricas.
Luego, los platos principales que consisten en una pesca, un ragú de cerdo, unos langostinos , un risotto bárbaro de papas y luego una molleja cocinada a baja temperatura que es una cosa de locos.
Todo un juego de texturas, cremas, crocancia, y sabores y todo exquisito.
Después pasas a la parte dos de la experiencia y subís al primer piso y vienen los postres , es más décontracté. Los tres postres muy logrados y sabrosos.
Amo, amo con amor profundo este lugar, creo que tienen una de las mejores cocinas del mundo. Es el mejor restaurante al que fui, conocí propuestas similares en otros países y realmente nada se compara a la calidad, los sabores, la atención y el maridaje de Aramburu. Es una oferta maravillosa en todos los sentidos.
Gran lugar
Sin dudas pone a la argentina a un nivel mundial en fine dinning .
Me encanto su equipo , la Alegría del servicio
Su maridaje de vinos es Superlativo
Sus detalles de cocina increíbles
Lo MEJOR de BA !!!
Nunca vi nada igual... Excepcional !!!
Felicitaciones al Chef !!!
Atención insuperable !!!
Visitamos en pareja Aramburu Resto donde vivimos una experiencia que excede lo que puede ser una buena cena. Su propuesta de menú de pasos y maridaje nos proporciona en cada plato y cada copa una oportunidad de motivar nuestros 5 sentidos a través de la presentación de sabores y texturas combinadas con exquisitas y variadas presentaciones que sorprenden en cada caso, demostrando una artesanía gastronómica que no defrauda en ningún momento. Su cocina abierta al salón de mesas es otro atractivo que permite disfrutar del proceso de elaboración del menú y preparación de cada plato, en una especie de coreografía muy coordinada. La atención y disposición del personal es también destacable desde la llegada y durante toda nuestra estadía. Sin duda que en nuestro próximo viaje a Buenos Aires los volveremos a visitar.
Increíble experiencia de 18 pasos con maridaje de vinos. Los platos son exóticos, con gustos variados, y una presentación única. El maridaje es con vinos promedio, esperaba etiquetas menos conocidas, o más exóticas. El trato es excelente, y el ambiente muy bien cuidado.
Excelente servicio, todos y cada uno de los que trabajan ahí están dispuestos a ayudarte y atenderte. El menú por pasos es increíble, 18 pasos muy bien maridados. Todos espectaculares, menos el de remolacha (insípido) y el prepostre de croissant con helado de avellanas (intrascendente).
Cómo elegimos el maridaje no pude ver la carta de vinos ni whiskys.
Muy bien ambientado, muy lindo el salón de abajo (para parejas, muy romántico) y el de arriba más luminoso y un VIP vidriado.
Desde el salón de abajo se puede ver toda la cocina, que está estrictamente limpia, y los cocineros se mueven al unísono como un ballet.
9.5 / 10 por los postres (bastante flojos)
@arambururesto ha sido parte de @theworlds50best entre los años 2013 al 2018. Actualmente forma parte de la élite de 580 restaurantes y hoteles de @relaischateax.
Creo que es muy difícil describir lo que uno vive en este tipo de lugares. Semejante a explicar una obra o exposición de algún artista moderno.
Qué le puedes decir aparte de lo genial que puede ser que esto sea fruto de una mente que ve las cosas de otra manera. Les contaré un poco en qué consiste la experiencia.
Aramburu es un restaurant de menú en pasos a los cuales puedes agregarle un maridaje. La dinámica es similar a lo que uno experimenta en Boragó. Restaurant elegante, blancos manteles, luz tenue y mucha gente seria y ocupada.
Partamos por hablar del personal. En este tipo de restaurantes la amabilidad es parte primordial del servicio.
Nos tocó en primera fila a la cocina abierta, a la vista para admirar este ballet de armado de los distintos platos.
Los pasos (18 en total) transcurren entre vegetales de estación, pesca del día y animales de caza, en preparaciones y tiempos que asemejan a una obra de teatro que te puedes comer.
Presentaciones extraordinarias con sabores extravagantes todos maridados a la perfección.
Sumado a lo anterior, ver llegar a tu mesa verdaderas obras de arte que deleitan tus sentidos no sólo por aromas y sabores, si no por la vista.
Debo decir que al llegar los platos extrañé un poco la explicación que hablara del proceso de preparación y origen de las materias primas. Una historia, más que sólo remitirse a los ingredientes. Creo que aporta mucho saber los procesos, ya que ayudan a entender y a valorar el esfuerzo que hay detrás de las preparaciones.
Las etapas saladas son en el primer piso como dije anteriormente, mirando la cocina.
Luego te invitan a pasar al segundo piso donde llegan los postres y finaliza esta hermosa experiencia.
Destaco el tartar de lomo en hoja de sésamo y de postre la palta, maravillosa.
Les dejo el prospecto de los platos en las fotos porque son muchos, al igual que los vinos.
Hay quienes consideran que podría ser caro, yo en lo personal siento que obtienes lo que pagas, una experiencia que jamás olvidarás.
⭐⭐⭐⭐⭐(5 estrellas de 5) el restaurant amerita el viaje.
¿Volvería? Absolutamente
Agradecer el detalle por mi cumple. ! Postre con vela extra!😍… lo más fue q era inesperado pues no dije nada y aún no se como lo supieron.
El maridaje es generoso , las vasijas donde disponen la comida son auténticas obras de arte y la comida muy elaborada aunque cantidad justa .
El ambiente es genial y diferencial, tal ves oscuro la escalera pues casi me doy de cruces.
Felicidades por una oferta diferente .
Justo Armando y Belgrano
+4
El lugar lo vale.
El maridaje es muy bueno.
El servicio ERA excelente. Hoy cometen muchos errores chicos como por ejemplo traerte demasiado rapido todo (xq dsp viene otro turno) o confundirse del tipo de agua q tenias y t sirven otro o al haber dos sommeliers o dos personas nos sirvieron el vino dos veces (igual en este caso genial y mejor). Falta afinar.
Todo lo demas es perfecto y actua en armonia.
Un menu exquisito, bien pensado y ejecutado a la perfeccion. La sucesion de pasos tiene un sentido logico y cada plato sorprende.
La ambientacion es correcta. Un poco ruidoso al comienzo del servicio y se requiere de un esfuerzo para poder escuchar la presentacion de cada plato. El servicio es impecable.
El paso que incluia el chipiron fue la sensacion y el tartar de ciervo (si bien algo escondido por las especias) es muy interesante. El pescado estuvo delicioso.
Por otro lado, la propuesta de vinos incluidos en el maridaje fue la gran decepcion.
Se incluyo solo un vino fuera de Mendoza. Una pena porque la oferta vinicola del pais es mucho mas amplia y soprende fuera de los limites de esta provincia.
Se sirvieron un Riesling y un Gewurztraminer. Nos parecio algo excesivo presentar ambos en el mismo menu, perfiles algo similares y nada representativos del pais. Casi una declaracion de rebeldia a los varietales tradicionales (de los que se pueden encontrar expresiones modernas y atipicas, si era la intencion), mismo si se trataba de productos de bodegas archiconocidas. Son dos vinos que pueden sorprender por raros, pero que, objetivamente, estan lejos de ser destacables.
El sommelier nos impone su producto fetiche TRES veces. Un vino naranjo que, mas alla de su presentacion y story-telling, es facilmente olvidable. Se sabe que los naranjos no son para todos lo paladares, era necesario servirlo en tantas ocasiones?
Al tinto que acompano el pato, el gran cierre del menu antes de los postres, le faltaba vivacidad y elegancia. De un perfil licoroso e invadido por la madera, estaba muy lejos del perfil tradicional de los vinos tensos y fluidos servidos con el pato en su meca, el Sudoeste francés.
La gran estrella del maridaje fue, sorpresivamente, un rosado de Criolla. Otra vez, la simplicidad bien ejecutada termina dando buenos resultados.
Volveremos.
Javier Morgado Rodriguez
+5
Increible lugar, recomiendo 100% ir y probar los 22 tiempos con maridaje, la atención es excelente y los platos, junto al ambiente, entregan una experiencia única
María Nieves García Somoza
+5
La mejor experiencia culinaria de mi vida.
Experiencia que dura alrededor de 3 horas con 22 pasos.
Los platos están sumamente elaborados, ingredientes de altísima calidad y súper exclusivos.
Todos los platos maridan con vinos exclusivos de bodega Rutini y son partidas limitadas.
Vale cada centavo!
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