Conociamos Azafran del centro, de haber cenado hace 3 años alli y la experiencia en ese momento fue absolutamente enriquecedora. La diferencia con Azafran en Vistalba es la carta acotada de vinos para maridar, pero eso no es sinonimo de menor valia, todo lo contrario. Poder cenar en un ambiente como el actual (encima hasta que empezo a llegar la gente estabamos SOLOS) y maridar la cena con los vinos de la bodega, en sus distintas opciones, recomendaciones del sommelier mediante, que ademas nos invito mas vinos de los que correspondia fue algo inolvidable. El menu de 3 pasos con pocas opciones en cada paso pero cada una con una presentacion EXCEPCIONAL, sabores UNICOS, amé la vajilla, muy estilo nipona. Como dije antes el sommelier un genio total que se quedaba hablando con nosotros porque se dio cuenta, no solo que entendiamos sino que disfrutabamos de la charla. Las mollejas con aligot, espectaculares, el ojo de bife en su punto justo y los postres, de OTRO MUNDO!! Fue una experiencia que seguro no olvidaremos y que probablemente en otro viaje repetiremos!!! No acuerdo con la reseña anterior en que las opciones podrian ser mas variadas! En la variacion no siempre esta el gusto