Es un lugar con características particulares. No es el típico restaurante. Tiene su encanto propio. La atención es espectacular. La comida excelente. Enclavado en un entorno muy especial a orillas del dique. Fuimos en un hermoso día de sol, no se si en un día nublado y frío se disfrutaría igual. Supongo que serán experiencias diferentes.
Para disfrutar esta experiencia lo mejor es dejar a un lado toda la vorágine que traemos de la ciudad y bajar mil cambios. Así prestar total atención al hermoso paisaje, disfrutar los sonidos de la naturaleza, degustar una carta que aunque acotada está perfectamente seleccionada para disfrutar las particularidades de cada plato. Bueno, el agua de vertiente me puso cursi.
El lugar es MUY lindo y la comida es muy rica. La única razón por la cual no le pongo 5 Estrellas es porque la atención, si bien fue súper amable, fue un poco desorganizada.
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