Parrilla la Emilia es un lindo lugar para comer especialmente carnes, y más específicamente a la parrilla, con un claro perfil que apunta a las costumbres Argentinas, pero no se limita solo a eso.
El lugar invita a pasar tiempo, allí para lo cual son piezas fundamentales las sillas cómodas, la buena distribución de mesas no tan cerca unas de otras, la agradable iluminación intermedia, la música tranquila que acompaña pero no te obliga a levantar la voz, la notable limpieza del establecimiento y la característica (poco usual en este tipo de restaurantes) de no tener olor a humo o a comida.
Cuentan con estacionamiento propio lo cual es una comodidad extra muy bienvenida.
Si bien, como mencionamos, tiene como estrella la parrilla Argentina, no solo se puede comer carne. Hay también pastas, ensaladas, platos como bondiola braseada o salmón, o bien cortes de carne premium que uno puede seleccionar, se asan y se venden por kilo.
La ambientación alude a sus materias primas, aplican colores calmos, líneas definidas y limpias, no es un estilo estridente ni tampoco minimalista, es un punto medio de buen gusto que hace a un todo bien logrado.
El servicio es excelente, los mozos tienen buen tino con respecto a cuanto acercase a la mesa sin llegar al punto de resultar demasiado intensos. Un detalle no menor es el hecho de que la mesa es de un mozo puntual quien te atiende, pero si otro mozo pasa cerca y ve que algo falta o puede faltar, hace el relevo a su compañero, y esa buena onda entre el personal se respira en el ambiente relajado de La Emilia.
En esta ocasión comimos una provoleta de entrada, parilla para dos (dos empanadas, 3 pasos de diferentes cortes de carne y dos guarniciones a elección) y creme brulee de yerba mate como postre. Tomamos un vino tinto malbec de las Perdices, y como aperitivo un Cynar con pomelo que estaba realmente delicioso.
La entrada estaba muy bien, es importante que la provoleta se sirva calentita, que este dorada por fuera y tierna adentro, y así la recibimos. La empanada de carne es una de las mejores que he comido este año, frita, con verdeo, muy bien condimentada, excelente! La empanada de zapallo estaba correcta, pero con poca gracia.
La parrilla consta de 3 pasos. En primera instancia chorizo, morcilla, chinchulín, molleja y riñon. Lo digo todo si digo que a ese paso no le cambiaria NADA! Me pareció muy rico, impecable, me gustó mucho que trajeran limón exprimido aparte en un jarrito por si quería agregarle. La segunda etapa fue costilla de vaca y matambre de cerdo, y en tercer lugar matambre de vaca y vacío. La carne toda tierna y sabrosa, no feedLot, me pareció excelente, solo hubiese preferido un poco menos cocido el vacío y quizás, algún detalle más para terminar de redondear una experiencia memorable, que podría ser una criolla, una ceniza, una salsa, o un marco más destacado para las carnes, en vez de servirlas en platos, quizás servirlas en una tabla linda o una bandeja de hierro.
El postre en este caso merece una mención especial. La Creme Brulee de yerba mate me pareció creativa, rica coherente con La Emilia. La disfrute muchísimo, me gustó y me recordó sabores de la infancia, la naranja asada, el helado de mandarinas y el bizcocho que acompañan son perfectos secuaces de la “crema quemada”. La costra de azúcar la haría justo antes de servir así llega crocante, si o si… y posiblemente buscar la forma de que la crema sea más lisa, como detalles técnicos que bajo ningún punto de vista opacan la excepcional experiencia que viví con ese postre.
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