Atendido por su dueño en un ameno y amistoso clima. Es un boliche de barrio, con parrilla, pastas y sándwiches. Alejado de la cuestión ‘palermitana’ que a veces se torna un poco pesada. Recomendable para venir en amigos, jugar al truco, tomar algo e ir pidiendo.
Tuve el agrado de pasar por acá en una fría tarde de otoño, fui con Ana. Rebotamos del bar de enfrente, que a mi gusto personal era escandalosamente feo, huimos casi, no tenían mesas disponibles. Por suerte, pudimos refugiarnos del frio en este hermoso sitio. Nos atendieron como si nos conocieran de
Excelente comida, te llena más no poder, no tenés espacio para más comida y te ves obligado a terminarte el plato. La atención de diez, el ambiente además es un aire a Italia, con musicalización. Tranquilo para comer en familia o con amigos y los precios muy razonables para la cantidad de comida que
Fuimos un jueves a la noche. Todo riquísimo y excelente atención. Pedimos lo de la foto más una cerveza y gastamos 4200 (más propina).
Excelente lugar y muy buena atención, así como el clima y la ambientación. Pedimos unas piadinas, las hay de varios gustos, acompañadas con unas papas rústicas excelentes. Súper recomendable. Y además muy familiar. No dejen de darse una vuelta.
Buen lugar, informal, con la impronta de las viejas cantinas. Platos bien servidos y a precios justos. Es muy acotada la carta de vinos (hay 3) y el servicio puede resentirse si se llena, como hoy nos pasó. Por lo demás tiene una ubicación excelente y el trato es muy amable. Muy buenas carnes.
Atiende el dueño que es un genio , para ir a comer como en tu casa, todo casero, unos fideos con bolognesa que es un crimen, una provoleta y un ojo se bife espectacular..
Muy buena atención. Las piadinas super abundantes, bien condimentadas. Ambiente tranquilo y familiar.
Falta limpieza en los baños.
Los tagliatelles estaban exquisitos, a los que nos encantan las pastas caseras con mucho queso rallado es por acá se los prometo! Pedí un aperol spritz y estaba buenísimo! La atención 10 puntos, obviamente volveré!
Caímos de casualidad un 9 de Julio, medio tarde. Había locrazo, salió al toque, espectacular a buen precio y con refill ilimitado. El ambiente entrañable. Recomiendo que se hagan un ratito y pasen.
Esta esquina de Buenos Aires no es para cualquiera. Un lugar que tiene toda su belleza en conservar los signos del paso del tiempo y, por supuesto, la apuesta se complementa con lo bien ejecutados que están los sabores. No sé como explicarlo, pero medio que sentis que te los preparo una abuela Tana.
La atención muy buena, muy amable!
Y la comida muuy rica!! Recomendadisimo el "Panini Uruguayo"
(No llegaron a la foto)
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