Muy buena opción para un brunch, muy cómodo con mesas adentro y afuera. La atención muy buena, los mozos muy serviciales y atentos para ver en qué pueden ayudar.
La comida deliciosa, las porciones están bien pero podrían ser un poquito más grandes.
El precio es normal para la zona.
Fuimos un domingo alrededor de las 18 hs. Concurrencia al 90%. De todas maneras es muy tranquilo. Se puede hablar bien y el lugar es muy agradable. La decoración, muy ecléctica, te podés pasar el tiempo descubriendo cosas que te deleitan. En cuanto al servicio, no pedimos nada sofisticado pero tardó 40 minutos, una pena. El budín de limón es estándar, pero la paniluna es para destacar cuando la sirven calentita. Buen lugar para conocer, si vas con paciencia.
Fuimos a desayunar el jueves, pedimos huevos revueltos (muy ricos), French toast (exquisita) cheese cake de Dulce de leche ( muy rico también). La ambientación del lugar es muy linda. Lindo spot para fotos!
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