Queríamos alguna comida tipo Bodegón y venimos a este lugar. Para entrar hay que bajar a un nivel subterráneo y por lo mismo se siente calor. El menú es grande, y de lo que probé lo que más destaco es la milanesa. La comida rica aunque nada extraordinario. Está en una zona turística pero es buena opción para vivir la experiencia de comer en un bodegón de Buenos Aires. Buen servicio.
La Pipeta es una gran opción para probar comida típica de Bodegón en Buenos Aires. El restaurante está en un nivel subterráneo, hay letreros afuera que indican la ubicación. La comida es buena aunque nada extraordinario. Fui un lunes por la tarde y estaba casi vacío. Servicio adecuado y precios promedio.
Amabilidad de los mozos 10 puntos
Se llena el lugar pero las mesas circulan rápido.. no se espera mucho.. los ñoquis con estofado un sueño, la salsa de estofado como la de tu abuela en casa 10 puntos y pedimos unos bastones de muzza de entrada , enormes . Precios accesibles y buenas porciones
Buen ambiente y Excelente comida, una de las mejores entrañas que he comido. La atención de los garzones muy atenta y amable.
Comimos dos personas, con vino y postre por 20 mil pesos, baratísimo (para un chileno)
Esta escondido desde la calle, al ingresar debes bajar una escalera muy empinada. El lugar es agradable con estilo bodegon. El servicio muy atento y simpatico, sin dudas acostumbrado a los turistas. Si bien el mantel y servilleta de tela estaban limpias, los platos tenian claramente rastro de mucho uso y le faltaban algunas lascas. La comida abunante y bien, pero espectacular. La bebida bien fria y con el detalle de la cubeta con hielo. Precios relacion / calidad aceptables. Recomendable!
Fuimos gracias a los excelentes comentarios publicados por otros comensales, a ver que tal estaba el sitio y la verdad es que nos vinimos encantadas. Pedimos la entraña para 2 con papas fritas y le agregamos chinchulin, morcilla y una ensalada mixta... sencillamente MAGNIFIC!!! Fuimos tarde pero nos atendieron como las primeras en llegar.
Bodegón típico de época.
Para entrar se debe bajar por unas escaleras, lo que lo sitúa al lugar en un subsuelo.
La comida normal, y las porciones son correctas. Tiene buenos precios y una muy variada carta de vino.
La atención del lugar fue muy buena.
Entramos a las 13hs y había poca gente. Ya para cuando finalizamos (14:15hs), el lugar estaba lleno y con una larga cola.
Comida excelente,abundante y a precio razonable. Pedí de entrada los buñuelos de la abuela, riquísimos! Plato principal,parrillada para 2, abundante. Postre, almendrado y moisés de chocolate ( le faltaba frío).
Linda ambientación.
El aire acondicionado no funciona o no lo encendieron y hacia bastante calor.
Las raciones son buenas, si no te comes todo, te lo envuelven para que te lo lleves.
Para mí, lo único malo además del tema del aire,es que no tienen vino de la casa. Más allá de eso, volvería sin dudas.
Buen bodegon, muy turístico por cierto. Los platos abundantes, todo recien hecho. Hay que ir temprano. Se llena.
Muy buen lugar para ir a comer con amigos. La comida muy abundante y bastante rica. La atención buena también, los mozos todos cracks.
La entraña se derretía de lo tierna que estaba. Los panqueques con dulce de leche de escándalo! El servicio súper amable y pendiente siempre. El precio acorde con la calidad. Delicioso!!
Es parada y comida obligatoria, deliciosa y ÚNICA en Buenos Aires. Ambiente cómodo y acogedor. OJO las porciones son GRANDES.
Bife de chorizo, DE DIEZ...💯
JOSE ESTEBAN MACHADO MACHADO
+4
Es muy rico, muy buen ambiente y EXCELENTE atención. No es económico, pero es una linda experiencia bien porteña.
Existen símbolos que inmediatamente al verlos, vinculan a cualquier persona con Buenos Aires. El Obelisco, el teatro Colón, las milongas, las figuras del tango como Gardel, Troilo o Goyeneche, el fútbol, el asado, los teatros y las pizzerías de la calle Corrientes, los bares notables o los bodegones son solo algunos de ellos. Hoy nos enfocaremos en estos últimos, y más precisamente en uno de ellos que orgullosamente, ya cumplió más de seis décadas en el centro porteño. El bodegón 'La Pipeta' se ubica en un subsuelo de la esquina de Lavalle y San Martín, llegar a él es sumamente sencillo, sin embargo por la magia de su salón, por la cortesía de sus mozos y por la calidad y abundancia de sus preparaciones, es mucho más difícil irse de este atrapante restaurante. Nuestras recomendaciones son los fusiles al fierrito, su entraña "la reina", el flan mixto y los panqueques con dulce de leche y helado de crema americana. Volver a 'La Pipeta', siempre es una gran elección.
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